Crítica de ‘El brillo de las luciérnagas’ en ‘Generación Reader’

“Un relato ciertamente adictivo, conmovedor, oscuro y terrorífico”.


[Texto de SUB_ZERO extraído del blog Generación Reader]

Aunque no tengo por costumbre fiarme de las opiniones demasiado entusiastas, de vez en cuando se cuela tu vida un libro que, cosa extraña, está a la altura de sus elevadas expectativasEl brillo de las luciérnagas, la segunda y rutilante novela del escritor madrileño Paul Pen (El aviso, RBA), probablemente sea uno de los títulos más llamativos, originales y que han emergido con mayor fuerza de entre la ingente cantidad de novedades editoriales que inundan cada mes las librerías de nuestro país, y después de haber devorado en apenas un par de sentadas la fascinante historia que nos cuenta Paul Pen en su novela, no me cabe ninguna duda de que las reseñas, comentarios e impresiones tan positivas que ha suscitado esta obra en su corto periodo de vida, no son en absoluto desproporcionadas. A medio camino entre el thriller psicológico y la novela de suspense, El brillo de las luciérnagas se ha convertido para mí en una auténtica sorpresa, un relato ciertamente adictivo, conmovedor, oscuro y terrorífico en cierta manera que ningún aficionado al género debería perderse y que sitúan a Paul Pen como uno de los escritores más prometedores del panorama nacional.

El brillo de las luciérnagas nos pone en la piel de un inquieto e imaginativo niño de 10 años que ha pasado toda su vida encerrado en un sótano junto a su familia. Su padre, su madre y su abuela tienen marcadas en sus rostros las cicatrices de un terrible incendio que tuvo lugar antes de que él naciera, mientras que su hermano sufre constantes episodios de locura transitoria y su hermana, que acaba de dar a luz, lleva la cara tapada con una máscara que tiene prohibido quitarse. En medio de este panorama tan siniestro, rodeado de personas que actúan continuamente de manera sospechosa y acosado por una sensación constante de que su familia guarda impactantes secretos, nuestro joven protagonista ve pasar los días en la más asfixiante oscuridad sin que ello suponga un verdadero estorbo para sus modestas aspiraciones personales.

“Una historia que brilla con luz propia, una novela entretenida, absorbente y escrita con deslumbrante naturalidad que plantea sugerentes debates sobre el miedo a lo desconocido, la necesidad de proteger a toda costa aquello que más queremos o el poder liberador de la imaginación”.

Sin embargo, una serie de escalofriantes sucesos relacionados con el exterior, así como las incesantes dudas sembradas por su maquiavélica hermana, terminarán derrumbando la confianza que el niño ha ido depositando a lo largo de los años en la veracidad de la historia que le han contado los adultos. De esta forma, la novela de Paul Pen se convierte en una búsqueda incansable del pequeño protagonista por descubrir la verdad y saciar su hambre de respuestas respecto a la forma de vida que siempre ha llevado. Movido por una curiosidad innata más que por una apabullante sensación de terror, este niño se transforma en el principal instrumento del que dispone el lector para sumergirse en la compleja historia que nos propone Paul Pen. A través de su mirada inexperta, inocente e impregnada de supersticiones, poco a poco y con una inevitable sensación de asombro, iremos encajando en su sitio las piezas de este enrevesado puzzle narrativo, un tenebroso mosaico de escenas, frases y personajes que imprime en nosotros su indeleble huella.

El caso es que a medida que vamos conociendo más y más espeluznantes detalles sobre las personas que viven en el sótano, las mentiras que ocultan y las numerosas sorpresas que nos depara la trama, mayor será nuestra ansiedad por conocer cómo van evolucionando los acontecimientos hasta que las historias del pasado y del presente de la familia (cuyos nombres no llegamos a conocer en ningún momento) terminen confluyendo hacia un solo relato. El brillo de las luciérnagas es un libro que sabe indudablemente meterse al público en el bolsillo a base de inesperados golpes de efecto, misterios que no acaban de resolverse hasta el último suspiro y una ambientación exquisita que transmite a la perfección ese clima angustioso, opresivo, lúgubre y desesperante que envuelve las páginas de la novela, pero también es cierto que goza de un ritmo un tanto irregular y que hay ciertos aspectos argumentales que podrían haberse explotado con mayor intensidad. Al final lo que prevalece es la certeza de haberse adentrado en las profundidades de una historia que brilla con luz propia, una novela entretenida, absorbente y escrita con deslumbrante naturalidad que plantea sugerentes debates sobre el miedo a lo desconocido, la necesidad de proteger a toda costa aquello que más queremos o el poder liberador de la imaginación. Así pues, si después de esta larga perorata aún no os he convencido con mis fervorosas alabanzas, os lo digo directamente: id corriendo sin más dilación a vuestra librería más cercana y dadle una oportunidad a El brillo de las luciérnagas porque de seguro no os defraudará. Mientras, yo seguiré esperando impaciente la próxima novela de Paul Pen.